viernes, 21 de marzo de 2014

Un clásico sin alma



Llega el domingo, llega el Clásico. Otra vez Real Madrid y Barcelona se ven las caras. Pero, ¿qué se puede esperar de este partido?

La atmósfera ya no es turbia. Atrás quedaron tres años en los que el Clásico se jugaba primero en el banquillo, luego en la cancha. Claro, futbolísticamente fue así porque en los medios el partido empezaba el lunes previo y acababa el lunes siguiente.

Atrás quedaron los años de Mourinho y Guardiola. Primero claudicó el catalán al que sucedió su escudero Tito Vilanova un año después. Luego salió el portugués dejando tierra quemada y pocos títulos. Hoy se vive del recuerdo de dos magníficos entrenadores que con dos plantillas fantásticas comandadas por dos gigantes del deporte como lo son Cristiano Ronaldo y Lionel Messi centraron los focos del mundo en España y en su Clásico.

Hoy ya no es igual. De hecho después de aquellos dos, ya nada será igual. Los comandantes en el campo quedaron pero los entrenadores son nuevos: Carlo Ancelotti y Gerardo Martino. El cartel del italiano es mucho mayor que el del argentino pero eso no bastó para que en la Jornada 10 de la Liga BBVA venciera el Barcelona. El planteamiento de Martino entonces aprovechó un fallo en el del DT merengue: la posición “inexperta” de Sergio Ramos en el medio del campo apurada por la ausencia de Xabi Alonso, bastión del equipo blanco. El partido lo coronó una soberbia vaselina de Alexis Sánchez para sellar un marcador de 2-1.

Hoy el Real Madrid es puntero de una entretenida Liga en la que ha llegado una refrescante tercería representada por el Atlético de Madrid. El Barcelona es tercero y le separan cuatro puntos del merengue. Si la distancia en juego se pudiera medir con puntos, quizá también estarían separados por la misma distancia matemática. Ancelotti supo esperar y hoy su equipo está consolidado y su juego es reconocible y reconocido. Siempre con la infalible puntería de CR7, la visión de Alonso, la clase de Modric y aunque con el lunar del debate en la portería entre Casillas -teórico titular, hoy suplente- y Diego López -caso contrario de Casillas-, el cuadro blanco es un rival de mucho respeto.

Al Barça le ataca la melancolía de tiempos que fueron y ya no volverán. Siguen los Messi, Xavi, Iniesta, Busquets y demás, pero el juego se ve enrarecido. En esta temporada llegó el estelar brasileño Neymar que pese a marcar en el primer Clásico, su titularidad en el próximo está en veremos. El chico tiene talento pero en Barcelona no se ha visto un caudal de él, más si su fichaje está enmarcado en un escándalo que ya cobró la salida del presidente blaugrana Sandro Rosell.


La expectativa existe. No tanta como antes, pero existe. Un Clásico siempre vende. Si hablamos de fútbol, el Madrid parte en mejor posición que el Barcelona, que llega en calidad de tapado porque no se sabe qué esperar de él. Sin embargo, la afición culé vive de recuerdos y ya echa mano de una cábala. Antes de golear al Madrid por 5-0 en el tercer Clásico de Liga que entrenó Pep Guardiola, el cuadro azulgrana venció al Almería por 7-0. Este año, en la jornada anterior venció al Osasuna por igual resultado. Así fuera por recuerdo, el culé ya recupera sensaciones. Las baterías están cargadas.


                                                                                     Este es un aporte de @an_dario 

No hay comentarios:

Publicar un comentario