Pocos imaginábamos que ante Inglaterra en Francia 98 íbamos a ver el último partido de la Selección Colombia en el mundial. A ese partido llegábamos con la esperanza de clasificar a segunda ronda después de haber caído en la primera fecha ante Rumanía y de haberle ganado a una débil selección de Tunez, pero Anderton y Beckham sentenciaron la historia ese día y nos eliminaron. El panorama aquella tarde fue realmente triste, las lágrimas de Faryd Mondragón fueron un símbolo del sentimiento nacional, era el final de una generación dorada de futbolistas colombianos.
A partir de allí vinieron cambios profundos en la selección, infructuosamente se le buscó reemplazo a ese maestro con el balón llamado Carlos Valderrama, jugadores como Giovanny Hernandez y Neider Morantes fueron llamados a ser el 10, pero nadie fue como "el pibe". A su vez la tricolor hacía eliminatorias decepcionantes, tanto que ya estábamos acostumbrados a sacar cuentas 4 y 5 fechas antes de acabar la eliminatoria, costumbre que se reforzó gracias al "pacto de no agresión" entre Argentina y Uruguay que se dio para las eliminatorias del mundial Corea-Japón.
Fueron pasando los años y nos perdimos 3 mundiales. El primero fue Corea-Japón, ese mundial donde trasnochamos mucho para ver los mejores partidos, después fue el mundial de Alemania, y por último el mundial jugado en Sudáfrica. Los mundiales son eventos tan maravillosos, pero si tu selección no va se pierde expectativa, no es la misma emoción cuando falta la tricolor, el ambiente en las calles en los años de mundial es una sensación indescriptible y muy pocas veces se repite.
A mi parecer la Selección Colombia iba encaminada a su cuarta ausencia en línea de los mundiales. Después del escándalo del "bolillo Gómez" y de que la prensa no dejara trabajar a Leonel Álvarez temí lo peor, afortunadamente los dirigentes colombianos trajeron a Pékerman y le dieron toda la confianza para trabajar. El resultado no pudo ser mejor: Clasificamos jugando bien y sin la necesidad de calculadoras, hoy en día tenemos una selección aguerrida y sobre todo con hambre de gloria.
Casi 16 años pasaron desde aquel partido contra Inglaterra, para mi es demasiado tiempo sin ver al equipo colombiano en la máxima cita del fútbol, y estando tan cerca del debut yo siento ansias, ya quiero que arranque el mundial para ver a mi selección, cuento los días y las horas esperando al pitazo inicial del Brasil vs Croacia, para luego esperar el 14 de junio y poder gritar: ¡VAMOS COLOMBIA!