lunes, 7 de abril de 2014

Yo vi jugar a Ronaldinho


La primera vez que vi jugar a Ronaldinho fue en aquella Copa América de 1999 que se juugó en Paraguay, me llamó la atención el golazo que le hizo a Venezuela y la forma tan efusiva de celebrarlo. Vean el golazo a continuación:




Pensé que iba a ser otro de esos tantos brasileros talentosos que uno ve en la selección que después se pierden en la infinidad de jugadores de la tierra de la samba, estaba muy equivocado. El nombre de Ronaldinho no lo íbamos a olvidar más en Colombia después de la presentación tan nefasta que hizo nuestra selección sub 23 ante Brasil. Entre Ronaldinho y un tal Adriano le metieron 9 a una selección Colombia que se creía clasificada a la siguiente ronda.

Desde esa tarde negra para el fútbol colombiano todos estaban pendientes de la futura estrella brasilera, sus goles en el PSG empezaban a recorrer el mundo y los grandes equipos de Europa empezaban a seguir sus pasos. Su consagración en el mundial con ese golazo a Inglaterra lo confirmó como astro y después de la cita orbital todos los equipos lo querían en sus filas. Siempre rogué que se fuera para un equipo al que yo siguiera y fue así: FC Barcelona se quedó con los servicios de Ronaldinho después de disputárselo con otros gigantes como Manchester United y Real Madrid. Hasta Ferguson estaba dispuesto a cambiar de modelo táctico para que Dinho se sintiera cómodo jugando allá, pero no, el brasilero decidió jugar en FC Barcelona porque jugadores como Romario y Ronaldo también habían vestido la camiseta azulgrana en el pasado y se habían convertido en leyendas así que se decidió por ese equipo.

A partir de ahí veríamos la mejor versión del brasilero haciendo pases de fantasía y goles maravillosos con el sello indiscutible de su estilo, como éste gol marcado al Chelsea: 



A partir de ahí siempre tuve la ilusión de ver jugar a Ronaldinho en vivo, sin duda es un jugador fuera de serie y su carisma hace que él sea alguien único en el mundo del fútbol, por más que hayan jugadores talentosos en el mundo no había nadie remotamente parecido a él. La dificultad era que Dinho jugaba en Europa, iba pasando el tiempo y él seguía jugando allá, hasta que hace unos pocos años salió la noticia de que Flamengo adquiría al jugador. Al poco tiempo lo separaron de ese equipo por indisciplina y fue a parar a un equipo desconocido llamado Atlético Mineiro que iba a disputar Copa Libertadores. Enseguida pensé que podía haber una chance de que dicho equipo se cruzara con algún colombiano en fase de libertadores, cosa que no pasó en primera ronda, además tampoco creí que el Mineiro iba a hacer mayor cosa en dicho torneo, para mi sorpresa Ronaldinho hizo un gran torneo y se adjudicaron la Copa en 2013. En ese torneo casi se cumple mi sueño pero Santa Fe no llegó a la final, por lo tanto me quedé con las ganas de ver al astro.

En 2014 el sorteo tuvo cierto capricho: Si Santa Fe pasaba de ronda seguiría en el grupo del Mineiro, evento que al fin se dio, me emocioné como niño pequeño en navidad, tener una posibilidad latente de ver al jugador que más me había sorprendido en la vida no era algo de todos los días, enseguida hice las gestiones posibles para adquirir boleta y pasajes a Bogotá. 

El tiempo pasó muy lento hasta el día que viajé, fueron días eternos esperando estar en la capital, más aún el paso de las horas el día del partido, la ansiedad era parte de mi, ese día en particular no dormí bien esperando que amaneciera rápido, curiosamente ese fue el día más lento de todos hasta la llegada al estadio, 30.000 almas reunidas para alentar a Santa Fe y uno que otro colado como yo para ver a Ronaldinho. La emoción me embargó cuando empezaron a salir los equipos, y como era de esperarse Ronaldinho salió de último, al fin era realidad uno de mi sueños, no pude evitar llorar un poco cuando lo vi calentando en el terreno de juego a la cual le eché la culpa a los gases de los extintores de la barra que estaban bien retirados de donde yo estaba.

Es cierto que no fue un buen juego de Ronaldinho, los jugadores de Santa Fe lo tenían bien referenciado, sin embargo le alcanzó para tirar un caño grosero a Edinson Méndez, tirar 3 pases al vacío con precisión milimétrica, dejar regado un par de veces a Fram Pacheco y casi hasta le hace un gol a Camilo Vargas desde 40 metros, nada mal para un jugador que ni si quiera salta para cabecear y recorre la cancha al paso que él desea.,¿y qué importa? Con su palmarés se lo ha ganado y con lo poco que le dejaron jugar mostró lo suficiente para no defraudar a los que lo fueron a ver, tanto así que un joven atravesó media cancha esquivando policías para ir a abrazarlo, y no fue el único que lo intentó, si tuviera juventud también lo hubiera intentado aunque pagara una noche de cárcel. Al final del partido Dinho se despidió como el grande que es: Aplaudido por los 30.000 espectadores del Campín durante unos minutos mientras yo me deprimía lentamente, va a ser muy difícil que lo vuelva a ver en una cancha en directo, pero al menos puedo decir que yo vi jugar a Ronaldinho, ese es un recuerdo que solo el Alzheimer me podrá quitar.





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