Una foto de Radamel Falcao con el hijo de Juan Manuel Santos y unos mensajes de agradecimiento de los jugadores de la selección Colombia al presidente han causado polémica e indignación en un sector de los aficionados colombianos. Es la hora y no comprendo como elementos tan simples pueden generar tanto ruido, a tal punto de insultar a los jugadores tanto en Twitter como en Instagram, no me quiero imaginar como ha sido en Facebook donde no hay límite de caracteres.
Está claro que tanto el fútbol como la política se viven con pasión en este país, pero cada cosa tiene su sitio. No podemos mezclar el fútbol con la política, así sea que uno crea que los jugadores lo hacen, y si lo hacen es asunto de ellos, no podemos juzgar a los jugadores si políticamente piensan diferente a lo que uno piensa, cada quien tiene su propio pensamiento y eso se debe respetar a pesar que nos guste o no su pensamiento. Hay que tener en cuenta que los jugadores salieron a aclarar que no hacían parte de ninguna campaña política, por ende hay que dejar ese tema así.
Este texto es una invitación a que no mezclemos un tema con el otro, la fiesta del fútbol es muy bonita como para empaparla con otros temas del país. Después de 16 años vamos a estar en una copa del mundo, en Brasil el único lenguaje que se hablará será el del fútbol, y en ese lenguaje debemos hablar sobre la selección Colombia, y nada más.